sábado, 22 de mayo de 2010

El SIDA

Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida

El SIDA es causado por el virus de inmunodeficiencia humano (VIH, su sigla en inglés es HIV), un virus que destruye la capacidad del cuerpo para combatir las infecciones.
Las personas con SIDA son muy susceptibles a ciertas formas de cánceres y a muchas enfermedades que ponen en peligro la vida. La transmisión del virus ocurre más a menudo durante la actividad sexual o si comparte agujas usadas para inyectarse drogas intravenosamente.

El SIDA consiste en la incapacidad del sistema inmunitario para hacer frente a las infecciones y otros procesos patológicos, y se desarrolla cuando el nivel de Linfocitos T CD4 desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre.
Normalmente, los glóbulos blancos y anticuerpos atacan y destruyen a cualquier organismo extraño que entra al cuerpo humano. Esta respuesta es coordinada por un tipo de células llamados linfocitos CD4. Desafortunadamente, el VIH ataca específicamente a las células que expresan el receptor CD4, una de las más importantes son los linfocitos T CD4+ y entra en ellos. Una vez dentro, el virus transforma su material genético de cadena simple (ARN) a uno de cadena doble (ADN) para incorporarlo al material genético propio del huésped (persona infectada) y lo utiliza para replicarse o hacer copias de sí mismo. Cuando las nuevas copias del virus salen de las células a la sangre, buscan a otras células para atacar. Mientras, las células de donde salieron mueren. Este ciclo se repite una y otra vez.

Categorías clinicas.

Categoría A: pacientes con infección primaria o asintomáticos.
Categoría B: pacientes que presentan lo siguiente:
Angiomatosis bacilar.
Candidiasis vulvo-vaginal, o candidiasis oral resistente al tratamiento.
Displasia de cervix uterino o carcína de cervix no invasivo.
Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI).
Fiebre menor a 38,5 °C o diarrea, de más de un mes de duración.
Herpes zóster (más de un episodio, o un episodio con afección de más de un dermatoma.
Leucoplasia oral vellosa.
Neuropatía periférica.
Púrpura trombocitopénica idiopática (PTI).


El VIH se multiplica, después de la fase aguda primaria de la infección, en los órganos linfoides, sobrecargándolos con un esfuerzo que termina por provocar una reducción severa de la producción de linfocitos. El debilitamiento de las defensas abre la puerta al desarrollo de infecciones oportunistas por bacterias, hongos, protistas y virus. En muchos casos los microorganismos responsables están presentes desde antes, pero desarrollan una enfermedad sólo cuando dejan de ser contenidos por los mecanismos de inmunidad celular que el VIH destruye. Ninguna de estas enfermedades agrede sólo a los VIH positivos, pero algunas eran casi desconocidas antes de la epidemia de VIH y en muchos casos las variantes que acompañan o definen al sida son diferentes por su desarrollo o su epidemiología.

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